Un boricua dentro de Rafah: “Hay una conexión directa con nuestra lucha"

Por:
Carlos Berríos Polanco
Publicado en
June 5, 2024
Equidad

Libre Sankara, trabajadore humanitarie boricua, entró a Gaza, cargando varias maletas llenas de dispositivos médicos, comida y agua para asistir a los palestinos heridos y desplazados por la invasión militar de Israel. Desde que cruzó la frontera con Egipto el 1 de mayo, escuchó las explosiones y sintió el jamaqueo de un edificio donde brindaba apoyo. Después, vio la devastación infligida en Rafah, una ciudad cuya población ha, por lo menos, cuadruplicado ante el número de palestinos desplazados de otras regiones bombardeadas.

Sankara, quien también ha luchado por la independencia de Puerto Rico, dijo que no podía sentarse a contemplar la devastación sin hacer nada. Viajó a Gaza con la organización médica canadiense Glia para trabajar como coordinadore de logística de las misiones médicas que el grupo organiza desde febrero. 9 Millones habló con Sankara el 7 de mayo, el día después de que empezó la invasión de Rafah por la milicia de Israel. Desde entonces, elle y sus colegas han tenido que evacuar los alojamientos donde estaban dos veces por la cercanía de los bombardeos. Han tenido que moverse más adentro de Gaza.

Tal-Al Sultán Primary Health, uno de los primeros hospitales que Sankara visitó, ya no opera como centro de ayuda médica, y lo han convertido en un mortuorio después de la masacre y bombardeo continuo en un campamento de refugio. Mientras tanto, el hospital Al-Helal Al-Emirati —el único hospital materno en Rafah— tuvo que evacuar todos los bebés que albergaba a un hospital de campo, al aire libre, por miedo a que la invasión llegue, de acuerdo a Sankara. El 80% de los centros médicos de Gaza ya no funcionaban a principios de mayo, según el Ministerio de Salud de Gaza.

Tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 —que mató a más de 1,000 israelíes—, el ejército sionista ha matado a más de 36,000 palestinos dentro de Gaza, lo que ha sido catalogado por expertos internacionales como un genocidio. Los orígenes de este genocidio se trazan, sin embargo, desde la fundación del Estado de Israel en 1948: 750,000 palestinos fueron desplazados de sus hogares en un evento llamado el Nakba, o el “catástrofe”. El conflicto entre el Estado de Israel y Palestina ha causado la muerte de decenas de miles de palestinos y miles de israelíes, durante los 75 años previos al 7 de octubre.

Tan reciente como el 6 de mayo, Israel tomó control del cruce de Rafah, por donde único entraba comida y recursos médicos por tierra, para las personas afectadas ante el genocidio. Israel ha emitido una orden de evacuación, causando que 900,000 palestinos tengan que migrar de la ciudad, de acuerdo a la milicia israelí.

“La gente [se] está llevando sus casas a sus espaldas”, dijo Sankara. “Tienen [solo] memorias y lo que han podido llevar con ellos”.

Con la frontera cerrada, no pueden entrar recursos ni más médicos, y no pueden salir trabajadores humanitarios, de acuerdo a varios medios internacionales. La Organización de las Naciones Unidas ha anunciado que cesará la distribución de comida en Rafah por falta de recursos y seguridad. Otra delegación médica de Glia ha intentado entrar a Gaza, pero se le ha denegado desde el 13 de mayo. Israel y Egipto se han echado la culpa uno al otro por no dejar entrar recursos humanitarios por camión. Durante la conversación con 9 Millones, Sankara elaboró sobre la falta de recursos médicos en Gaza, la invasión de Rafah, la falta de seguridad de los hospitales durante la invasión, así como las semejanzas entre Palestina y Puerto Rico.

Carlos Berríos Polanco: ¿Me podrías hablar de la falta de médicos y medicina? ¿Cómo está afectando a la población de Gaza?

Libre Sankara: Tenemos que tomar en cuenta, para la gente que no sepa, que hay varias personas desplazadas en su propio territorio. He hablado con muchos palestinos, palestinas y palestines que se han movido ya tres veces o más —[hasta] cinco veces— por las órdenes de evacuación en las áreas del norte. Supuestamente, el sur iba a ser el mejor [sitio], y de ahí ellos pueden salir o tener un poquito más de seguridad; pero eso es una mentira porque, ahora mismo, desde ayer [6 de mayo], empezaron a invadir. Ellos [emitieron] una nueva orden de evacuación del único hospital en esta área de emergencia y de trauma. Entonces, esto significa [que] están pidiendo que la gente se mueva de nuevo al norte a una parte de Gaza que se llama Khan Younis —que queda como en el medio—pero eso es después de bombardear y destruir.

Ellos van a regresar a nada. Totalmente nada.

Ahora mismo, ellos están ahí en la playa, en sus casetas, porque no hay suficiente vivienda. Antes de la invasión y del genocidio aquí en Gaza, en Rafah específicamente, había como 200,000 personas. Pero ahora hay más de 1,000,000 personas en una área bien pequeña. Entonces, es súper difícil. También eso significa que la mayoría de los médicos o las enfermeras son del norte, de hospitales que ya han sido destruidos. En Al-Shifa, ellos [Israel] literalmente destruyeron el hospital más grande en toda esa área. Entonces, ¿qué pasa? Tenemos menos y menos espacios seguros para la gente, y menos y menos recursos.

La única manera segura [por la cual] estábamos trayendo recursos era por la frontera, que se llama el cruce de Rafah. Ahora, después de ayer [6 de mayo], según los anuncios, ni siquiera por ahí están dejando cosas entrar por esa frontera. Hay otras fronteras, pero no son seguras. No sabemos si van a llegar [los recursos] si no los lleva uno mismo. Yo llegué con un par de maletas. Fui a la clínica, y dejé todo lo que tenía. Esa es la manera más segura y una de las mejores maneras de traer las cosas aquí adentro, especialmente, hablando de cosas que tienen que ver con medicina. Hay una falta de vacunas. Hay una epidemia de hepatitis A. Hay malnutrición, y hay gente sufriendo de cosas que son evitables si este genocidio para, y la gente tiene el tiempo, el espacio y la seguridad para reconstruir su territorio.

CBP: Ya que empezó la invasión de Rafah por parte de Israel, ¿están seguros ustedes, sus pacientes y las personas en el hospital donde se encuentran?

LS: Nosotros tenemos el derecho y el deber de ayudar a esta población que necesita los servicios que estamos ofreciendo. Tomando eso en cuenta, no voy a mentir: mis nervios están por el techo. Por la mañana, a las 4:30 a.m., la casa estaba temblando porque una bomba explotó bien cerca a la casa.

Literalmente, cada persona aquí ha perdido algo, a alguien o varias personas. Es bien difícil no solo trabajar bajo estas condiciones, sino creer que la gente quiere seguir mudándose cuando a los israelíes les dé la gana. No es tan fácil. ¿Imagínate tener que mudarse cinco veces? No a [un sitio] bajo techo, sino adonde sea. No tener acceso a agua potable. No tener acceso a comida. Es un revolú.

Hablando de los médicos y las enfermeras, desafortunamente, tomando todo lo que pasó ayer, todos los bombardeos y esa orden de evacuación, [ellos] están yendo más al norte tratando de evitar que la invasión llegue a donde ellos están. Es bien triste porque necesitamos más médicos…  Lo que ellos están haciendo, dentro de los campamentos [de refugiados] donde están viviendo, es creando hospitales móviles donde están tratando de usar recursos, tratando de dar las pocas vacunas que están aquí y viendo a la gente que necesita atención.

Estamos hablando de gente resistente, pero decir que la gente tiene resistencia no significa que deberíamos seguir probando hasta cuándo es el máximo de eso. Ya esta gente ha sufrido un montón. Tienen el derecho de —en su propio país— tener esa seguridad, y no vivir bajo las condiciones de un genocidio. Los hospitales, ahora, deben ser uno de los lugares más seguros, pero son los puntos donde los sionistas quieren atacar primero.

Uno de los torniquete que Glia imprimió en 3D para usar dentro de Gaza. La compañía lleva casi una década imprimiendo utensilios médicos para uso en áreas empobrecidas. La primera impresión 3D de Glia fue un estetoscopio. (Foto: Libre Sankara)

CBP:¿Piensas que los hospitales son un blanco del ejército de Israel?

LS: Ellos están atacando primero hospitales, luego escuelas, lugares que supuestamente son protegidos.  La ley internacional no pertenece a los sionistas; hay un estándar doble.

Como internacionales, como gente de afuera, nosotros tenemos más seguridad. Estando en esos lugares, hace que haya más seguridad. No significa que nada va a pasar, pero es menos posible porque hay una audiencia que está viendo este genocidio y lo que está pasando. Nosotros, de manera estratégica, estamos pensando quedarnos en los hospitales para, por lo menos, dar un poquito más de protección y seguridad. Estamos hablando de mujeres que quieren dar a luz en un lugar seguro. Bajo estas condiciones es difícil y es grave.

Si ellos entran a uno de los hospitales que se llama Emirati —que está en Rafah—, ahora mismo, 50 niños van a morir. Los doctores y enfermeras que quedan van a morir. Literalmente, no estoy exagerando. Ya hemos visto que ellos tienen los cementerios masivos más al norte, exactamente fuera del hospital. No es algo inventado. No es mi imaginación.

Libre Sankara y Bisan Owda, una periodista palestina, dentro de un centro médico en Gaza. Owda está aguantando un botón del grupo de puertorriqueños en la diáspora, Diaspora Pa’Lante Collective. (Foto: The Glia Project)

CBP: Eso que mencionaste  —que son resistentes, pero no deberían tener que probar lo resistentes que son— lo conocemos muy bien los boricuas. Como militante de la lucha por la independencia y liberación de Puerto Rico, ¿cómo se relaciona la lucha palestina con la descolonización de Puerto Rico?

LS: Vengo de la colonia más vieja del mundo. Nosotros reconocemos que no es fácil vivir bajo las condiciones coloniales. Hemos vivido y sobrevivido genocidio. Nuestra lucha es igual. Tenemos el mismo enemigo: el imperio Yankee, porque los sionistas reciben fondos de Estados Unidos para cometer este genocidio.

Yo estoy aquí hablando de nuestro país con los palestinos. Ellos [me dicen] “no sabía eso sobre Puerto Rico. Eso suena como Palestina”. Y es verdad. Las bombas que ellos [Israel] han estado usando aquí fueron [probadas] en Vieques. Las armas que ellos han estado usando probablemente fueron [probadas] en Vieques. Hay una conexión directa con nuestra lucha.

Cada mañana, cuando yo salgo de donde nos estamos quedando, hay niños que nos saludan. Dicen: “hola, hola, ¿cómo estás?”. Ellos no deben vivir [así]. No deben ver lo que está pasando. No deben vivir bajo estás condiciones; tiene efectos a largo plazo.  Tiene efecto en la próxima generación. Para mí, es bien triste, pero podemos hacer algo porque la solidaridad no es una palabra: es acción. Yo estoy aquí haciendo solidaridad en acción. Eso es súper importante porque tenemos que tomar en cuenta que nuestra liberación y nuestra independencia es con la gente oprimida, no separados del resto del mundo.

CBP: ¿Cómo tomaste la decisión de ir a Palestina?

LS: Nosotros tomamos este riesgo, y es una realidad, pero tenemos que pensar no solo en nosotros, sino en los efectos a largo plazo. Imagínate si la misma cosa [estuviese] pasando en Puerto Rico. Yo [quisiera] que gente [llegase] de otros países para [ayudarnos] porque eso nos ayuda [a] cargar toda esa emoción. Cuando lo hacemos juntos —unidos— es más fácil.

Necesitamos estar aquí— más gente tiene que llegar aquí— si los dejan entrar. No estoy diciendo que es fácil, y no estoy diciendo que toda la gente debe venir aquí, pero la gente que quiere y tenga esa experiencia médica, que vengan. Los que no pueden venir, [pueden] amplificar lo que está pasando, hacer manifestaciones, hacer campamentos, mandar recursos. De cualquier forma, todos, todas y todes tienen un rol.

Esta entrevista ha sido sintetizada para propósitos de claridad y fluidez en la lectura. Pueden ver la entrevista completa aquí. Para conocer acerca de la labor que hace Glía Project y cómo ayudar pulse aquí.

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