
El tercer sector en Puerto Rico creció tras el huracán María; ¿qué pasará ahora?
El sector filantrópico creció tras el paso del huracán María. En algunos casos, el crecimiento se mantuvo durante cinco o seis años, y solo recientemente comenzó a disminuir. ¿La presidencia de Trump lo devolverá a su estado pre María?
Alma Frontera nunca consideró incluir radios y teléfonos satelitales en el presupuesto de su organización antes de que los huracanes Irma y María azotaran el archipiélago en 2017. Sin embargo, en una entrevista a principios de agosto, la presidenta del Boys & Girls Club de Puerto Rico (BGCPR) mencionó casualmente la señal radioaficionado asignado a los operadores en el archipiélago —KP4—, pues recién sometió una subvención para mejorar el equipo de comunicaciones de su organización.
Las organizaciones sin fines de lucro se adaptaron ante un panorama cambiante en Puerto Rico durante los últimos ocho años. Justo después de María, el BGCPR abrió las puertas de sus edificios, que alguna vez albergaron sus programas extracurriculares, para transformarlos en centros comunitarios vitales. Frontera, quien se unió a BGCPR en 2024, explicó cómo la organización convirtió el edificio de Isabela en un refugio de emergencia, ya que tenía dormitorios.

Muchos edificios y recursos ahora tienen suministros, como alimentos, agua y generadores, para garantizar que estén preparados ante un próximo desastre, en lugar de tener que improvisar. La preparación para desastres —antes relegada a unas pocas organizaciones especializadas— se hizo una parte esencial de casi todas las organizaciones sin fines de lucro en el archipiélago. Aunque no todos pueden costear radios, casi todas las organizaciones tuvieron que invertir en generadores eléctricos para tener energía durante las tormentas o durante los apagones diarios que enfrentan muchos puertorriqueños.
"Sabemos que nadie estaba preparado para María, pero los andamiajes que vemos hoy en el tercer sector existen en gran parte por ese momento de la emergencia", dijo Frontera, quien hizo labor voluntaria como Coordinadora de Recuperación de Desastres para Foundation for Puerto Rico, justo después de los huracanes Irma, María y Dorian.
Aunque las donaciones suelen disminuir cuando pasa un desastre, la experiencia fue distinta en Puerto Rico: tanto los financiadores como los inversionistas se enfocaron de repente en el archipiélago tropical, que se declaró en bancarrota el año previo.
Salvo por tres organizaciones, la inversión de los financiadores se duplicó entre 2017 y 2023, según un análisis hecho por 9 Millones de las organizaciones que recibieron más fondos en años recientes. Sin embargo, ese aumento en financiación está desapareciendo para algunas organizaciones apoyadas tras el paso de María.
El desastre expuso a Puerto Rico a recibir donaciones de grandes fundaciones filantrópicas estadounidenses e internacionales, incluyendo muchas que nunca habían contribuido a Puerto Rico, según varios expertos que informaron a 9 Millones. Muchos atribuyen el aumento a la cobertura mediática de la devastación, así como al apoyo persistente de la diáspora puertorriqueña.
Las redes sociales, en particular, expusieron la policrisis del archipiélago al mundo, dijeron algunos entrevistados. Según un estudio de Filantropía Puerto Rico, el archipiélago recibió más de $375 millones en contribuciones en efectivo, de parte de solo 41 organizaciones que otorgaron subvenciones. Este dinero, 60 veces mayor que el apoyo filantrópico típico por año, se destinó casi todo a ayudar en el alivio inmediato y en la recuperación a largo plazo. En total, estas entidades crearon 26 nuevos fondos que invirtieron un total de $310 millones, según el estudio.
Sin embargo, esa noche del 20 de septiembre de 2017, que muchos expertos describieron como un "antes y un después" en la historia de la nación, no fue la única crisis sociopolítica por venir. Los puertorriqueños, recién salidos de 15 días de ira que provocaron la renuncia de un gobernador, fueron literalmente sacudidos por una serie de temblores que desplazaron a casi 50,000 personas, en enero de 2020. Dos meses después, los que aún tenían hogares soportaron casi dos años confinados debido a la pandemia de COVID-19, solo para enfrentar la devastación del huracán Fiona dos años después. Entre 2021 y 2024, la red eléctrica de Puerto Rico también se convirtió en la peor de los Estados Unidos, según la Administración de Información Energética de los Estados Unidos.
"Las diferentes emergencias abren unas oportunidades de solicitud de fondos que mientras tú no estés en estado de emergencia, no tienes cómo solicitar. De momento, estuvimos en un estado de emergencia tras otro, tras otro, bastante corrido. No hacíamos más que cerrarse las oportunidades de María, y pues ya estábamos hablando de los terremotos, luego del COVID y Fiona", dijo Frontera.

El aumento en fondos filantrópicos permitió a las organizaciones comenzar proyectos más grandes que nunca. El BGCPR, por ejemplo, vio cómo sus fondos aumentaron desde 2017, convirtiéndose en la organización no hospitalaria que recibió la segunda mayor cantidad de fondos en dólares en años recientes, según datos analizados por 9 Millones. La primera es Servicios Legales de Puerto Rico, Inc., que recibe fondos de Legal Services Corporation, establecida por el Congreso para proveer programas de asistencia legal en los EE. UU. y en sus colonias.
La mayoría de las sin fines de lucro encuestadas por 9 Millones recibieron menos de 10% de su presupuesto en financiación gubernamental, o no recibieron en lo absoluto. Mientras tanto, cuatro recibieron entre la mitad y un tercio de su presupuesto de fondos gubernamentales. BGCPR pertenece al segundo grupo.
Sin embargo, algunas de estas organizaciones han visto una disminución de contribuciones recibidas desde su pico, entre 2017 y 2023.
Operando en un entorno volátil
Al ser abordada sobre cómo es operar en un entorno volátil de financiamiento, Frontera explicó que siempre existirán las amenazas externas a las organizaciones sin fines de lucro. Ella explicó que el BGCPR busca diversificar sus fuentes de financiación, planificar para diferentes escenarios, y reforzar el valor de su trabajo con los jóvenes, así como destacar su impacto económico en Puerto Rico.
Las donaciones a BGCPR aumentaron en $3 millones entre 2017 y 2018. Entre 2021 y 2022, recibieron un aumento de casi $26 millones en contribuciones, en gran parte debido al programa gubernamental Head Start, que brinda a niños y familias de bajos ingresos educación infantil temprana, junto a servicios de salud, nutrición y participación paterna. En 2023, recibieron más de $30 millones en contribuciones. Sin embargo, Frontera señaló que esos aumentos no reflejan su financiación típica a lo largo de los años.
Como parte de sus estrategias, el BGCPR desarrolló una colaboración entre su programa de Head Start y una escuela charter que abrieron en 2018 —la primera escuela charter en el archipiélago. La escuela forma parte de un centro de servicios más grande llamado Vimenti, el cual brinda otros servicios a estudiantes y familias, como atención médica y capacitación laboral. El centro recibió fondos de agencias de gobierno locales. Las escuelas charter, que reciben dinero del gobierno pero operan fuera del sistema escolar público, han sido objeto de crítica por muchos; entre sus detractores, los sindicatos de maestros, quienes argumentan que carecen de rendición de cuentas y supervisión financiera.
La tasa de pobreza en Puerto Rico sigue siendo más de tres veces mayor que la de cualquier otra jurisdicción en EE. UU., con el 56% de los niños viviendo por debajo del umbral de pobreza. Estas cifras solo han empeorado desde 2017.
BGCPR opera más de 50 programas activos. Frontera se enorgullece de cómo fortalecieron su programa de alimentos, que brinda a muchos niños la única comida caliente que reciben al día. "Es lo primero que pasa cuando llegan al club, porque sabemos la correlación con una buena alimentación y la educación", dijo.
Los activos de la organización cambiaron casi tanto como sus contribuciones recientes. En 2022, tenía $4 millones en activos netos, que bajaron a un negativo de $3.4 millones en 2023. Esta variación se debe a un aumento de costos por la apertura de nuevos centros Head Start, así como de nuevos programas dirigidos a la seguridad alimentaria juvenil y a la pobreza infantil, explicó Frontera en un comunicado. Sin embargo, todo se estabilizó un poco: reportaron más de un millón en activos netos en 2024, y esperan condiciones similares este año.
Una marea creciente para todas las organizaciones
Aunque el Boys & Girls Club de Puerto Rico experimentó el cambio más dramático en su financiación, una marea creciente levantó a todos los “barcos” por igual. Varios líderes contaron a 9 Millones que ampliaron el alcance de sus programas, mientras implementaron medidas de preparación ante desastres que se activan durante las emergencias, gracias a estos aumentos en fondos.
Taller Salud, una organización feminista enfocada en la salud de la mujer y en las iniciativas contra la violencia, resalta entre ellas. Los aumentos de financiación post-María les permitieron expandir su Acuerdo de Paz, diseñado para frenar la violencia territorial, atendiendo directamente a 300 jóvenes y a más de 20,000 miembros de la comunidad que participaron en diferentes eventos. El programa también contribuyó a una reducción del 65% en las muertes violentas desde 2012 en su pueblo base de Loíza, año cuando se lanzó el Acuerdo. También compraron un edificio en la región suroeste del archipiélago y rehabilitaron una cocina escolar rescatada, que convirtieron en un centro comunitario para servir como sitio de respuesta rápida en desastres.
La organización también comenzó a abordar la inseguridad alimentaria fuera de Loíza. Un nuevo estudio que realizaron, entre 87 participantes de cocinas comunitarias en Loíza, encontró que el 15% solo tiene acceso a una comida al día, mientras que el 51% tiene acceso a dos. Su investigación encontró que San Germán y Salinas, dos municipios del suroeste, tienen patrones similares.
La inseguridad alimentaria en Puerto Rico hoy afecta a una de cada tres personas. Mientras, entre los ancianos y los niños, esa cifra alcanza casi el 50%, según un estudio de Feeding America de 2024. Más de un tercio de Puerto Rico recibe asistencia del Programa de Asistencia Nutricional, que es el equivalente al programa SNAP en el archipiélago.
Incertidumbre de financiación en la era de Trump
Tanto Taller Salud como el BGCPR enfrentaron incertidumbre con sus fondos, e incluso uno de ellos perdió apoyo, debido a los recientes recortes impuestos por la Casa Blanca a las subvenciones gubernamentales.
Aunque el Boys & Girls Club de Puerto Rico no experimentó recortes de fondos, enfrentó una gran incertidumbre a principios de este año, cuando la Casa Blanca pausó muchas subvenciones gubernamentales para reevaluarlas. Esto llevó a Frontera y su equipo a considerar posibles recortes de programas, explicó. Una interrupción en fondos les impediría atender a más de 17,000 niños y afectaría salarios a más de 520 empleados en 25 centros. Por fortuna, la pausa se levantó rápidamente. También le preocupaban los posibles recortes de fondos federales, que incluirían sus programas de infancia temprana bajo Head Start, discutidos a principios de año. (Un organismo de control del gobierno acusó recientemente a la administración Trump de retener ilegalmente fondos del programa Head Start).
La financiación de Taller Salud aumentó de $2 millones el año anterior a $5 millones en 2023, en gran parte por una subvención del programa Iniciativa de Intervención y Prevención de la Violencia Comunitaria (CVIPI) del Departamento de Justicia, que fortaleció al Acuerdo de Paz. La directora ejecutiva Tania Rosario Méndez reconoció el impacto de la subvención —que les permitió un aumento en los participantes y vecinos a los que pudieron llegar, así como en los servicios ofrecidos— pero señaló que la administración Trump la terminó a principios de este año, poniendo en peligro el futuro del programa. Dado que las subvenciones federales operan con reembolsos, esto les dejó un vacío inesperado de $1.2 millones en su presupuesto.
Aproximadamente, 20 participantes activos y sus familias perdieron “inmediatamente” el acceso a los servicios del programa, que incluyen liderazgo y desarrollo laboral, con el recorte de financiamiento. El programa, que incluye otros 80 participantes y servicios como psicólogos para familias afectadas por crímenes violentos, está en riesgo de ser pausado en diciembre si no logran encontrar los fondos necesarios.
Rosario Méndez explicó que tendrán que ser creativos para reemplazar los fondos porque ninguna beca puede reemplazar por completo las inversiones federales. En cambio, probablemente tendrá que venir de una serie de becas pequeñas. Después de que se retirara la subvención, Taller Salud recibió apoyo de fundaciones con un historial de contribuir a su misión, como la Fundación Comunitaria de Puerto Rico (FCPR), uno de los 15 principales donantes del archipiélago. Aunque estas subvenciones ayudaron a cubrir parte de los recortes, el programa sigue teniendo un alto riesgo de cerrar a finales de año.

"Muchas cosas son un poco inciertas realmente ahora mismo porque yo uso el dinero federal existente y disponible. O sea, pudiera haber dinero federal que pagará por estos servicios ahora mismo, pero se llama de otra manera. Ellos han ido cambiando nombres de los programas, cancelan aquí y abren acá", dijo Rosario Méndez.
Dado los recientes cambios en financiación federal para organizaciones sin fines de lucro, muchas organizaciones y fundaciones en Puerto Rico vieron cómo sus fondos disminuyeron o se estancaron cerca de 2023, según datos del IRS. El ataque a las organizaciones sin fines de lucro, por parte del presidente Trump, hizo que muchos donantes se volvieran cautelosos al donar a ciertos grupos que habían recibido apoyo anteriormente. Mientras tanto, muchas organizaciones tuvieron que autocensurar su lenguaje o reducir programas críticos en medio de ataques de la Casa Blanca.
"La filantropía también se siente bajo ataque y algunas fundaciones prefieren no asociarse con causas de justicia social. No quieren estar en la mirilla de las políticas autoritarias y se echan un poquito pa atrás y no quieren asumir riesgo. Otras están en todo lo contrario […] ‘Vamos pa ‘lante’. Y ahí es donde estamos nosotros", dijo Rigel Lugo, directora ejecutiva interina de María Fund, un proyecto en la Fundación Tides.
Tides funge como agente fiscal para varias organizaciones. María Fund, a través de Tides, se encuentra entre los 20 principales donantes de Puerto Rico, según un análisis de 9 Millones de las declaraciones de impuestos informativas.
Fundada justo después del huracán María para canalizar recursos y fondos hacia organizaciones de auxilio en casos de desastre, María Fund se concibió como un fondo de justicia social y no como una fundación, explicó Lugo. Sin embargo, se transformaron en una organización intermediaria que moviliza recursos hacia grupos de base y que fortalece las conexiones con el desarrollo de programas y de liderazgo. Aunque no aceptan dinero de subvenciones gubernamentales, recaudan fondos principalmente en los EE. UU., y luego los distribuyen entre líderes y organizadores de movimientos sociales en Puerto Rico.
"Invertimos en relaciones a largo plazo […]. Son relaciones basadas en confianza. Conocemos de cerca las realidades de esas organizaciones y las luchas de las copartes para poder incidir en que necesitan", dijo Lugo.
Parte de la misión de María Fund es otorgar subvenciones de múltiples años a organizaciones, que les ayuden a avanzar en su misión, ya sean cubriendo costos administrativos para una campaña, salarios operacionales y cualquier otra cosa. Este tipo de financiación sin restricciones es vital para las organizaciones en Puerto Rico, varios líderes explicaron a 9 Millones, porque puede cubrir todos los segmentos de un programa, no solo una parte o un programa específico, obligando a que recauden fondos para otros costos.
Sofía Martínez-Álvarez de la Fundación Titín, una fundación local, explicó que el cambio en las necesidades organizacionales les llevó a otorgar donaciones sin restricciones después de María. Cambiaron su enfoque hacia las necesidades operativas para servir mejor a estas organizaciones y apoyarlas en su crecimiento. Su actual campaña "CUENTA X2" tiene como objetivo recaudar fondos sin restricciones para diferentes organizaciones sin fines de lucro.
"A la hora de exigir, pues empezamos a considerar muchas de las necesidades que tienen y de lo que pasan las organizaciones para no hacerle el camino más difícil, sino facilitarles el camino", dijo Martínez-Álvarez.
La Fundación Titín, María Fund y FCPR fueron tres de las 22 fundaciones y donantes que se comprometieron a redoblar sus compromisos con Puerto Rico, en septiembre de 2020. Las 22 fundaciones han financiado continuamente organizaciones en Puerto Rico, como BGCPR, Taller Salud y otras, desde que firmaron el compromiso.
"Fue un momento en donde teníamos que apostar a lo que teníamos enfrente, un momento donde teníamos que buscar la forma de como juntarnos para poder crear un impacto", reflexionó Martínez-Álvarez.
Reconsiderando las relaciones federales y los modelos de financiación
La volatilidad de las subvenciones gubernamentales ha llevado a ciertas organizaciones a reconsiderar sus relaciones con las agencias del gobierno federal. Mientras tanto, otras intentan revertir sus modelos a los que tenían antes de 2017, para cumplir mejor su misión.
La Fundación Comunitaria de Puerto Rico está reconsiderando su relación de subvenciones con el gobierno federal debido a los cambios recientes, explicó el presidente Nelson Colón. Esta organización se encuentra entre las fundaciones que más subvenciones otorgaron por monto en dólares, así como entre las que más dinero recibieron de fundaciones estadounidenses. Su trabajo consiste en movilizar recursos hacia las comunidades a través de becas, donaciones a organizaciones sin fines de lucro, así como programas relacionados con el acceso al agua y a la electricidad, la igualdad de género y los objetivos de desarrollo sostenible.
Salvo por 2022, la organización reportó pérdidas anuales de más de un millón de dólares, desde 2018. Aunque la FCPR posee decenas de millones en activos para sostener sus operaciones, otorgar una subvención que esté financiada en gran parte por el gobierno federal podría dejarlos con una factura multimillonaria si el gobierno retira su apoyo.
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"Prudentemente, uno tiene que preguntarse si esos son los riesgos que uno quiere continuar corriendo", dijo Colón.
Mientras tanto, United Way de Puerto Rico, el tercer donante qué más ha donado a Puerto Rico en años recientes, regresa a su modelo de financiación previo a 2017 para depender menos de fondos federales y volver a centrarse en su misión principal. Glorymar Rivera Báez, presidenta de United Way, explicó que depender solo de fondos relacionados con desastres los dejaría sin poder atender problemas que persisten fuera de las crisis repentinas cada cierto tiempo.
Rivera Báez explicó que United Way no sufrió recortes de fondos. Sin embargo, le preocupa las reducciones en los programas dirigidos al cambio climático. Mencionó que varias organizaciones tuvieron que modificar el lenguaje en las propuestas de subvenciones, para así alinearse con las nuevas directrices del gobierno federal.
Colón compara los aumentos de financiación post-María con una burbuja económica que se está desinflando. Aunque duró cuatro años más de lo usual, debido a la serie de desastres que azotaron a Puerto Rico, su caída era inevitable, tarde o temprano. La FCPR se ha estado ajustando a los efectos, fortaleciendo su capital y contribuciones locales, que según él tienen "un enorme valor estratégico". Para él, una de las soluciones más efectivas a los desafíos de Puerto Rico son las iniciativas comunitarias. Como ejemplo, citó a una comunidad donde, aunque no todos pueden instalar paneles solares en sus techos, pueden juntar dinero para crear una micro red compartida.
"La ruta de opulencia y esa cosa, eso se agotó. Tenemos que buscar nuestros propios recursos, cómo generar y aumentar nuestro capital interno", dijo Colón sobre los cambios en el tercer sector en Puerto Rico desde el huracán María en 2017.

No hay duda de que el huracán María cambió profundamente el panorama filantrópico de Puerto Rico, en gran parte porque las organizaciones aún están lidiando con sus secuelas. En algunos casos, el crecimiento se mantuvo durante cinco o seis años. Pero, ocho años después del desastre original, muchas ven cómo su financiación se estanca o disminuye, mientras que solo unas pocas parecen no verse afectadas, según las declaraciones de impuestos informativas analizadas por 9 Millones. Ahora, enfrentan desafíos de financiación más difíciles debido a los recortes gubernamentales a servicios críticos y a las repercusiones políticas de la Administración Trump.
“No es nuestro rol, ni tenemos la capacidad de tomar el lugar del Estado [...]. Aun así reafirmamos nosotras la importancia de fajarnos más en diversificar las fuentes de fondos gubernamentales”, dijo Lugo.
9 Millones ha recibido apoyo financiero de María Fund durante los últimos dos años.
Este artículo fue producido gracias a una beca apoyada por Lilly Endowment y administrada por el Chronicle of Philanthropy, para ampliar la cobertura de la filantropía y las organizaciones sin fines de lucro. 9 Millones es el único responsable de todo el contenido.
La periodista Laura M. Quintero editó y ayudó con la verificación de datos. Luis Alfaro corrigió el estilo.